Tres de las cuatro veces que Batet votó en contra del PSOE fue para apoyar un referéndum en Cataluña
Tres de las cuatro veces que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, votó en contra de lo fijado por el Grupo Socialista, siendo ella diputada del PSC, fue para mostrarse favorable -de forma explícita e implícita- a la celebración de un referéndum pactado de autodeterminación en Cataluña.
Ahora, la dirección del PSOE está atacando gravemente a los dos diputados de UPN, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, por desmarcarse de su partido y no respaldar la reforma laboral de Pedro Sánchez, que tiene entre sus socios a la formación proetarra Bildu. Sin embargo, los socialistas no aplicaron el mismo rasero de llamar «tránsfuga» a Meritxell Batet cuando votó hasta cuatro veces en contra de lo estipulado por Ferraz.
Tres de esas votaciones se produjeron en 2013 sobre sendas iniciativas de CiU y la Izquierda Plural a favor del «derecho a decidir» en Cataluña y una tercera de UPyD contraria a ella. La cuarta llegó en 2016 en la investidura de Mariano Rajoy. Meritxell Batet se rebeló aquí contra la gestora y en lugar de votar abstención, ni hacerlo «por imperativo» como Adriana Lastra, apretó el botón del ‘no’.
En concreto, en febrero de 2013, dentro de la X Legislatura (2011-2016), la ex ministra de Política Territorial rompió la disciplina de voto del Grupo Socialista -junto a otros 13 diputados del PSC- en sendas propuestas de resolución de CiU y La Izquierda Plural (IU-ICV/EUiA-CHA) con motivo del Debate sobre el estado de la Nación celebrado aquel año en el Congreso.
La iniciativa de los soberanistas catalanes llevó por título: «A favor de acordar la celebración de una consulta en Catalunya», y su contenido decía: «El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a iniciar un diálogo con el Govern de la Generalitat, en aras a posibilitar la celebración de una consulta a los ciudadanos y ciudadanas de Catalunya para decidir su futuro».
Por su parte, la proposición de los comunistas de La Izquierda Plural, hoy integrados en Unidas Podemos y presentes en el Ejecutivo central, tuvo una redacción más extensa. El escrito recogió que «el debate sobre el proceso abierto en Cataluña de convocatoria de una consulta para conocer la opinión de su ciudadanía sobre cómo quiere que se produzca su relación con España no es jurídico sino político». Además, esta iniciativa ponía como ejemplo los referéndums que Canadá y Gran Bretaña «acordaron con Quebec y Escocia».
En la parte dispositiva, el texto de los comunistas abogaba por que el Congreso instara al Gobierno a «negociar con las fuerzas parlamentarias de Catalunya la celebración de un referéndum que permita conocer la voluntad de la ciudadanía de Catalunya sobre su futuro político, utilizando los mecanismos legales previstos».
Ninguna de estas iniciativas salió adelante en aquel Debate sobre el estado de la Nación. En ambos, el entonces diputado raso Pedro Sánchez votó en contra, como marcó su partido. Aquel PSOE capitaneado por Alfredo Pérez Rubalcaba impuso además una multa de 600 euros a los 14 diputados del PSC por romper la disciplina de voto. Se incluyó aquí a la ex ministra Carme Chacón, pese a que optó, a diferencia de sus compañeros, por no participar en la votación.
«Entre todos»
La tercera votación se produjo varios meses después, en octubre. Fue a raíz de que UPyD presentara una moción contra la «falacia» del «derecho a decidir» para que los diputados del PSC se retrataran en la Cámara baja. Rosa Díez argumentó que había llevado dicha iniciativa al Pleno para que se dejasen «las cosas claras» ante tanta «confusión». La líder magenta insistió entonces en que era necesario proclamar que el futuro de España se decide «entre todos».
Tanto PP como PSOE votaron a favor de esa moción de UPyD, mientras que 12 diputados del PSC se abstuvieron y otros tantos socialistas, de diferentes circunscripciones, no participaron en la votación. Fue el caso de Batet, que no emitió ningún voto, pero dio así aire a la pretensión de los soberanistas.
La propia Rosa Díez lo ha recordado de esta forma en redes sociales este martes: «Una de las veces en las que la ‘tránsfuga’ Meritxell Batet rompió la disciplina de voto de su grupo parlamentario. Claro que era para apoyar el inconstitucional derecho a decidir qué promueven los sediciosos catalanes», ha escrito rescatando aquella votación. Entonces, el PSOE de Rubalcaba ejecutó la mínima sanción: una «amonestación verbal» a los diputados del PSC.